Crisis griega: Alemania y la táctica de ruptura masculina

No soy experta en economía, pero a nadie se le escapa que tanta austeridad no conlleva crecimiento económico. Al contrario, trae consigo un mayor y progresivo empobrecimiento. No solamente del país que aplica estas políticas, sino de sus ciudadanos, que es algo todavía peor. Porque son las personas las que con su consumo reactivan la economía. Si tienen menos poder adquisitivo y tienen que pagar más impuestos dejarán de consumir aquello que no es de extrema necesidad. Es decir, aguantarán con el mismo coche, no irán al cine, no saldrán a comer fuera, se bastarán con la ropa que ya tienen, etc. Y todo esto conlleva la falta de contrataciones o, lo que es peor, más despidos, elevando así la tasa de desempleo. Es un círculo vicioso del que no se sale con políticas de austeridad, que no hacen otra cosa que mantener esa pescadilla que se muerde la cola.

Los líderes europeos no es que no se hayan dado cuenta de los nefastos resultados de sus políticas de austeridad, claro que se han dado cuenta, pero hacen como si no lo hubieran hecho. ¿En qué posición los dejaría admitir que se equivocaron? Prefieren humillar y hundir a un país entero antes que dar su brazo a torcer y renunciar a sus políticas de recortes neoliberales.

Ahora, tras el plan de ajuste presentado por Grecia en Bruselas para conseguir un tercer rescate, Merkel y otros líderes europeos quieren más. Las exigencias del Eurogrupo van más allá de recortes y ajustes, pues le piden al Gobierno griego que realice a las instituciones europeas una consulta previa antes de aprobar cualquier Ley referente a “cuestiones relevantes” en el Parlamento heleno. ¿Dónde queda la soberanía nacional? Por fin se quitaron la máscara. La soberanía nacional ya no existe, son los mercados los que gobiernan la vida de la gente.

parlamento griego 1

Llegados a este punto, yo me pregunto que quizá lo que quieren realmente es la salida de los griegos de la Eurozona y han estado representando un papel de cara al resto de socios europeos y los medios de comunicación. Me recuerda mucho esta situación a cuando en una relación, no consolidada, el chico deja de llamar a la chica, deja de escribirle por Whatsapp o le escribe cosas poco relevantes y contesta con monosílabos. ¿Qué persigue con este fin? Que sea la chica la que se acabe cansando y sea ella la que finalice la relación. Pues ese, en mi opinión, es el plan de Alemania; tensar tanto la cuerda para sea el propio Gobierno griego el que termine rompiendo propiciando el Grexit. Esta es una postura defendida también por el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, quien ha publicado en su blog una entrada en la que apunta a esta teoría.

En la misma línea se ha manifestado el Premio Nobel de Economía de 2008 Paul Krugman, quien también ve las exigencias impuestas por Europa como un plan excesivamente duro para los griegos y por el que deberíamos replantearnos la salida de Grecia de la Eurozona como un hecho probable y en este sentido se pregunta si el país heleno puede lograr una salida exitosa. “Probablemente pretende ser una oferta que Grecia no pueda aceptar”, ha señalado.

La traición de algunos países de la Unión, entre ellos Alemania, es clara y evidente. Traición no a Tsipras o a Grecia, sino a los valores del europeísmo, al proyecto europeo, que se va a ver muy perjudicado, y puede que herido de muerte, por esta jugada auspiciada por Angela Merkel.